Solo ante el peligro, más solo que la una y con poca motivación salgo el día 02 de setiembre hacia la fuente San Pedro o de San Peter fountain, camino de los tanques polvorientos, empiezo a notar que este no va ser un día en el que te encuentras agusto con la bici.
En mi subida me dan varias veces ganas de darme la vuelta y a duras penas logro llegar a la pista asfaltada.
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| Llegada a la pista asfaltada de la Cruz de la Gallega, espectacular. |
Me cruzo en la cañada con la senda que sube a la cima de Cabeza Grande y no puedo por menos que subir hacia ella.
Subida a ritmo, un primer tramo más difícil y otro posterior más llevadero pero siempre empinadete.
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| En la cima |
30 de mayo de 1937. El estampido de la guerra llega a las inmediaciones de Segovia. El Gobierno republicano planifica una ofensiva sobre la ciudad para contrarrestar el avance de Franco en Euskadi. La República necesita de una victoria psicológica que equilibre la contienda y nada mejor que conquistar una capital de provincia para apuntalar la moral del naciente Ejército Popular. Pero la defensa nacional se emplea a fondo y gana la partida. Es la llamada Batalla de La Granja, la misma que Hemingway llevaría después a la literatura. (Escrito por Kappo)
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| Otra para la colección. |
La suerte mejora para los intereses del Gobierno de Valencia durante la segunda jornada. A las seis de la mañana el fuego artillero sacude las cumbres de Cabeza Grande y Cabeza Gatos. Después se suceden los ataques de la infantería y los carros. A mediodía, los defensores nacionales de Cabeza Grande dan por perdida la posición e inician el repliegue.
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| Restos de construcciones o fortificaciones. |
Batalla de La Granja. Entre los días 30 de mayo y 4 de junio de 1937, la Guerra Civil visitó la provincia de Segovia. Durante cuatro días infernales las lomas de la sierra segoviana fueron el escenario de una de las batallas más absurdas de la Guerra Civil española. Durante cuatro días horribles, los ejércitos enfrentados escenificaron una batalla, planeada por el entonces ministro de la Guerra, Indalecio Prieto, que debía dar un respiro al norte peninsular. Durante cuatro días tristes, españoles de una y otra ideología, de uno y otro lugar, de medio pelo y barbilampiños, dejaron su vida en bellos parajes de nombres agrestes como Cabeza Grande, Matabueyes, Cerro del Puerco, cerrando así el círculo ritual y periódico de la sinrazón que es la guerra. Durante cuatro días, más de tres mil personas dejaron su vida en nuestro maravilloso pinar, tiñendo de rojo figurado el verde común. Y no sólo españoles descansan entre los pinos: alemanes, checos, belgas, rusos, polacos, franceses (los que más), se unen en el recuerdo de esta triste efeméride. (fuente El Adelantado de Segovia)
Bueno la cima respira aún hoy ese aroma romántico de la épica escrita en sus entrañas, esperemos que los hechos que en dicha lugar ocurrieron sirvan de catecismo para las futuras generaciones y no cometamos los errores del pasado.
Resulta que no me he traído nada para comer y en este lugar crecen unas moras que quitan el sentiooo.
Un saludo nos vemos en los camino. Fuerza y Honor.
