jueves, 20 de octubre de 2011

SOLO POR LA BUITRERA

Ocurrió el día 16 de octubre de 2011.
No pudiendo ciclar por la mañana por motivos estatales, y teniendo un mono de bici que te pasas saco la burra la pongo los arneses la montura y pa la calle que hace divino.
No tengo claro donde ir, pero bueno me propongo subir por la Fto. San Pedro a los troncos y si de agobio me voy para casa.
Una vez en el camino de los carros de combate, no se observa un alma, la tranquilidad y sosiego que se respira invitan a la contemplación. El paisaje se está haciendo árido por momentos ante la ausencia continuada de lluvias. Que llueva por favor que llueva pero ya.


Polvoriento y rodador.
 Subida hacia el rancho y la Fuente San Pedro con un calor del demonio, se refleja el sol y la tierra polvorienta y te da de lleno multiplicando por dos la sensación de agobio.

Hacia el rancho Santillana.

Seco todo seco.


Fuente San Pedro.
Subo por el sendero de la fuente hacia la calzada romana sufriendo la soledad del camino y el martirio del sol abrasador en mis lomos, pensando en que coño estoy haciendo una tarde de domingo yo solo de esta guisa. Total no sin apuros y sin enfrentarme a ningún reto en la subida (que los hay: cuestaza, mini cuestaza, sendero Santiago) llego a los troncos y a la pista asfaltada con más ganas de irme a casa que nada, por lo que tiro hacia la derecha con la intención de bajar por Cabeza Gatos y para casa, pero al llegar al cruce me lo pienso y me atrevo a investigar un camino que nunca he realizado que es la subida desde la pista asfaltada hacia el comedero de buitres.


Un piedra en el camino me enseño que mi destino era........


En la pista hacia el comedero de los carroñeros.

Subida infernal del tipo empuja bike.

Como lo dejan chico con el pellejo.

Tras visitar el cementerio de animales enlazo enseguida con el camino de Santiago y dirección Madrid sigo por este maravillándome a pesar de ser conocido de sus veredas y paisajes, con la luz baja del atardecer a mi espalda formando un sin fin de luces y sombras con resaltados contrastes.
Tras el último tramo duro tomo una senda que me lleva a rodear el cerro de la Camorca por su lado Este, senda que a primera vista se observa que no es transitada como el camino de Santiago y que tiene en su piso multitud de hojarasca, troncos y piedra suelta que hace que pongas todos tus sentidos en la conducción y te abstraigas de la contemplación del bosque cerrado por el que transitamos.
Solo ante el ruido incesante del bosque.
Tras rodear la Camorca salgo por encima de la divisoria de los berciales y tras tomar un platanito de merienda vuelvo a casa por el camino de Santiago a paso veloz y raudo intentando llegar antes de que los últimos rayos de sol dejen el horizonte.
Los helechos ya no aguantan más, agua agua agua.



Y eso es todo amigos, nos vemos en los caminos.

Fuerza y honor.